De niña, no me gustó comer las zanahorias. Mis padres trataron y trataron, pero yo no quería comer zanahorias. La única manera que mis padres podían forzarme a comer las zanahorias estaba hacer mi comida divertida. Cada noche que necesité comer zanahorias, mis padres cortaron las zanahorias en formas y letras. Cuando llegué a la mesa cuando era niña, a veces estaba zanahorias que deletrearon “C-A-R-O-L-I-N-E”. A veces miré zanahorias que estaban cortando en la forma de un hombre, o un dinosaurio, o una chica. Todavia no me gustó el sabor de las zanahorias, pero no pude resistar un plato de zanahorias que parecía tan interestantes. En respuesta de las preguntas del diario: olí y supe zanahorias. Zanahorias normales, solo estaban naranjas vegetales guacalá. Pero, vi un plato del trabajo de mis padres, que tomaron el tiempo para cocinar, cortar, y arreglar mis zanahorias en un modo para entretenerme. Oí mis padres dijeron “Come tus zanahorias, Carolina.” Al tiempo, no me sentí como esto esta importante, solo estaba una cosa que mis padres hicieron. Pero, ahora, me siento agradecida, porque mis padres me aman bastante para gastar tiempo deletreando mi nombre con zanahorias.
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