Muñecas

Un día en los años 90, las muñecas de Barbie, Ann Andrajosa, Chica Groovy, y Polly Bolsillo tuvieron una riña sobre quién era la mejor muñeca en su casa.

“Soy la mejor muñeca porque ejerzo buena influencia sobre nuestra dueña,” fanfarroneó Barbie, pavoneándose por la cama con sus brazos en jarras.

Todas las otras se rieron. “Para de hacerse ilusiones, Barb,” dijo Polly. “¿Cómo es una muñeca con un pecho de 39 pulgadas, una cintura de 18 pulgadas, y un número de zapato 3 una buena influencia para niñas? ¡Si fueras un ser humano real, no pudieras sobrevivir!”

“¡Por lo menos no tengo rodillas que pueden doblar hacia atrás!” Barbie gritó.

“Cállense, chicas,” dijo Ann Andrajosa bruscamente. “A ver… tengo casi 80 años, y—“

“Y definitivamente te ves como eso…” rió Chica Groovy por lo bajo.

Ann Andrajosa frunció. “…y sé mucho sobre estas cosas. Siempre hay muchos celos en una casa con muchas muñecas. Por supuesto, cuando era con mi familia anterior antes de me donó…”

“¡Ay, no! Aquí vamos de nuevo…” todos las otras gruñeron. “¡Sí, ya sabemos la historia!”

“Chicas, ustedes sólo están celosas porque tengo esposo y el resto de ustedes no…” dijo Barbie con un guiño a Ken, quien estaba en su descapotable rosado.

“Sí, ¡y su paquete de seis es tan ilógico como el tuyo!” se rió Polly.

Eso era el fin de eso. Barbie se lanzó sobre Polly y las dos empezaron a pelear. Chica Groovy empezó a mirar la pelea y vitorear. Ann Andrajosa negó con la cabeza, suspiró, y murmuró algo que sonó como, “Los años 60 no eran como esto…"