Un día, mis
padres me trajeron a un concesionario de coches para buscar a un carro para mí.
Mis padres les gustan a él cacharro, cuando yo quería un deportivo nuevo. El vendedor está de acuerdo conmigo, y trato a
convencer mis padres que yo necesito el deportivo. Ellos fueron discutiendo sobre los dos coches. El vendedor dijo, “El nuevo coche es el mejor
negocio” a mis padres. Mi mama tenía una mirada en su cara que decía, “A otro
perro con ese hueso” y pensé que había perdido. Finalmente, mi padre dijo que estábamos
comprando el deportivo. El vendedor guiñaban a mí y nos llevó a su oficina. Yo sentí
un alivio cuando salió al concesionario de coches con el coche de mis sueños.
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